Con más de 160 participantes activos y una entusiasta asistencia a la visita guiada a la exposición Imágenes de Chile: de los óleos al metal, el curso desarrollado conjuntamente por la Universidad de Santiago de Chile (USACH), el Banco Central de Chile y el Centro Cultural La Moneda (CCLM) ha superado ampliamente las expectativas iniciales. Esta iniciativa gratuita permitió a la ciudadanía explorar el cruce entre arte, historia y patrimonio numismático a través de cinco sesiones online y una experiencia presencial en la exposición.
Regina Rodríguez, directora ejecutiva del Centro Cultural La Moneda, expresó:
“Estamos profundamente satisfechos con esta alianza. La formación cultural no puede estar disociada de la experiencia sensible, y este curso permitió precisamente eso: formar comunidad a partir del conocimiento y la emoción que provoca el arte. La participación de más de 160 personas de todo Chile y la visita guiada con más de 80 asistentes fue una muestra de ese interés genuino por aprender y mirar con profundidad.”
Uno de los principales logros de esta experiencia fue haber impulsado la formación de una mirada crítica e informada, gracias a la participación directa de los curadores de la exposición, los profesores Pedro Maino y Juan Manuel Martínez, quienes impartieron el curso desde su rol como investigadores y expertos. Esta dimensión curatorial no solo enriqueció los contenidos, sino que también vinculó de manera directa el saber académico con la experiencia museográfica.
Gracias a esta conducción experta, el curso consiguió abrir miradas, provocar preguntas y generar un diálogo transversal sobre la historia, la visualidad y los imaginarios que han dado forma a la identidad nacional. Se trató, por tanto, de una invitación a pensar el arte no como un adorno, sino como una herramienta de interpretación y reflexión histórica.
Desde la USACH, el director del Departamento de Ingeniería Industrial, Miguel Alfaro, valoró la iniciativa como una expresión concreta del modelo de formación integral que busca promover la universidad:
“A primera vista, puede parecer extraño que un Departamento de Ingeniería Industrial organice un curso sobre arte y cultura visual. Sin embargo, creemos que formar profesionales del siglo XXI implica ampliar las fronteras del conocimiento. El arte no solo humaniza: también enseña a observar, interpretar, conectar ideas y desarrollar pensamiento crítico. Es una herramienta imprescindible para cualquier liderazgo responsable.”
Por su parte, la coordinadora del curso, profesora Carmen Gloria Bravo, destacó la relevancia del trabajo colaborativo:
“El éxito de este curso no es fruto de una sola institución, sino del trabajo conjunto entre personas y organizaciones que creen en el valor transformador del arte, la educación y el patrimonio. Coordinar estas voluntades diversas ha generado una sinergia muy potente, que demuestra que cuando se piensa colectivamente, los resultados superan lo imaginable.”
La valoración de los propios participantes también fue especialmente positiva:
Joan Buenaventura, profesora del colegio Nido de Águilas, comentó:
“Este curso me ha abierto un nuevo mundo. La historia de Chile a través del arte y el viaje numismático fueron una oportunidad única para expandir mi mente y profundizar en la cultura de mi país adoptivo. Me permitió apreciar aún más sus raíces, su evolución y la riqueza de su patrimonio.”
Carolina Véliz, docente de la USACH, agregó: “Junto con agradecer la posibilidad de participar en esta instancia, destacó la importancia de ‘abrir puentes’ entre el mundo de la cultura —a veces un tanto cerrado— y nosotros, los espectadores, que muchas veces nos guiamos por la intuición más que por un conocimiento acabado. El Arte, así, con mayúscula, en todas sus manifestaciones, es ese alimento para el alma que nos permite seguir adelante.”
Este tipo de instancias refuerzan el compromiso de las instituciones públicas con el acceso equitativo a la cultura y la formación continua, abriendo caminos de encuentro entre saberes técnicos, humanísticos y estéticos.
El curso Imágenes de Chile ha sido, sin duda, una muestra ejemplar de lo que puede lograrse cuando se articula con visión, propósito y sensibilidad compartida.